La temporada siguiente fue desastrosa; Antonio Alfonso renunció a invertir más dinero y la apatía general llevó a una caída libre que acabó con el equipo en Tercera División. Aquel Valladolid revelación atrajo las miradas de otros clubes, por lo que para la temporada 1963-64 hubo numerosas bajas. El Betis fue capaz de superar esos años con la ayuda de una afición que consiguió llevar moralmente al club de regreso a Segunda División en 1954, conquistando su tercer título liguero español y ser el primer y único club en lograrlo en las tres categorías, además de ganar fama por llenar su estadio y por las “marchas verdes” de simpatizantes en los desplazamientos llegando a ser catalogado como el «equipo del pueblo» debido a la cercana empatía que levantaba en el resto de rivales.